Historia

Cómo es la historia de los Juegos Olímpicos antiguos

Los griegos paralizaban la guerra para celebrar las competiciones olímpicas en homenaje a los dioses.

Monumento de los Aros (¿anillos?) Olímpicos en el parque marino Odaiba, en Tokio, Japón.
Monumento de los anillos olímpicos en el parque marino Odaiba, en Tokio, Japón.
Agencia EFE.

¿Sabes cómo nacieron los Juegos Olímpicos? El origen se encuentra en el homenaje a los dioses. El primero en recibir culto fue Cronos, que acabó devorando a sus hijos. Los ciudadanos ofrecían regalos que después quemaban en una hoguera. Encender la hoguera daba prestigio y honra a quien lo hacía. Y ahí nació la primera carrera olímpica de la historia. Te contamos la historia de las Olimpiadas de la antigua Grecia.

Nacieron en Grecia en el año 776 a.C.

Se tiene constancia de la existencia de los Juegos Olímpicos como se conocían en la antigua Grecia desde el año 776 a.C. Nacieron en la ciudad de Olimpia, de ahí su nombre. Se sucedieron cada cuatro años hasta el 393 d.C. Estos eventos se repitieron hasta en 293 ocasiones. Pudieron celebrarse más, pero no han quedado restos que permitan estudiar un origen más antiguo del que se conoce.

Las fuentes artísticas y literarias son parte importante para conocer los datos que han quedado registrados hasta hoy. Sin embargo, ayudan en poco a clarificar la fecha concreta del comienzo de estas competiciones teniendo en cuenta la cantidad de mitos y leyendas existentes.

Los Juegos Olímpicos homenajeaban a los dioses

En su origen, las Olimpiadas griegas rendían homenaje a los dioses. El primero fue Cronos, hijo menor de Urano, dios del cielo, y de Gea, diosa de la tierra. Cronos mató a todos sus hijos excepto a Zeus, que pronto lo relegó en los homenajes olímpicos. Se organizaban actos litúrgicos en torno a la figura del dios.

Estos preparativos, que se extendieron en la época del padre de los dioses, reunían no solo a los deportistas, sino a miles de fieles que se congregaban en torno a la figura del dios. Esto llevó a la puesta en marcha de algunas prácticas que se convirtieron en habituales como la de ofrecerle regalos en el monte de Olimpia.

Encender una hoguera, objetivo de la primera competición

Los presentes que se acumulaban en el monte Olimpia debían ser quemados en la hoguera en señal de reverencia o sumisión al dios. Como el hecho de prender la llama suponía un privilegio y una distinción muy codiciados, se arbitró una sencilla forma de determinar quién sería el elegido.

Consistía en colocar a los peregrinos a una distancia prudencial en forma de salida. Desde ese lugar debían iniciar la carrera hasta el punto en que se situaba un sacerdote portando una antorcha. El ganador tendría el honor de encender la llama de la gran hoguera en la que arderían los regalos entregados al dios.

"En aquel momento ningún dato externo, aparte de la gloria del triunfo, recompensaba al ganador; únicamente ceñía sus sienes una corona de olivo salvaje", según la versión de Conrado Durántez Corral, presidente de la Academia Olímpica Española.

La primera carrera regulada consistía en correr 192 metros

La competición ritual daría lugar más adelante a la carrera denominada de estadio (192, 27 metros) tras la que se programarían otras modalidades deportivas celebradas junto a ceremonias religiosas.

De esta forma nacían los Juegos Olímpicos de la antigüedad clásica aunque Durántez Corral advierte en sus numerosos estudios de que "únicamente hacia finales del noveno y comienzo del octavo siglo a. C. se puede hablar de los Juegos Olímpicos con datos cronológicos de cierta seguridad histórica".

Durante las Olimpiadas los conflictos debían paralizarse

Hasta el año 884 a.C. se produce un acontecimiento muy trascendente para la historia de Grecia: la firma de la Tregua Sagrada. Según quedó establecido tras la firma de este acuerdo, los territorios vecinos de Elis y Olimpia se declaraban sagrados y se prohibía la entrada de individuos armados.

Lo más importante de este acuerdo fue el establecimiento del mes sagrado. Durante este tiempo debían cesar todo tipo de actividades bélicas con el fin de que los individuos de las distintas ciudades griegas pudieran participar tranquilamente en las competiciones olímpicas. De incumplirse el acuerdo, el Parlamento Olímpico se encargaría de sancionar la infracción.

Tal como dejó escrito Pausanias, historiador griego del siglo II, este importante acuerdo que incidía en los valores pacíficos de los Juegos Olímpicos difundidos hasta hoy, quedó trazado en un disco de bronce y fue depositado después en el Templo de Hera donde sería descubierto alrededor del año 160 a.C.

El culto a gobernantes acabó con los Juegos Olímpicos de la Antigüedad

Los Juegos de la Antigüedad, que también tenían lugar cada cuatro años, dejaron de celebrarse en el 393 d.C. cuando empezaron a extenderse concursos similares en otras zonas próximas. El ideal religioso que dio origen a este evento perdió fuerza en los organizados en otras ciudades donde se veneraba no a una divinidad sino a un soberano en particular.

Henry Bill, en su Historia de los Juegos Olímpicos, comparaba los originales griegos con los modernos y afirmaba que "ambos se fundaron sobre un alto plano religioso y moral elevándose a prodigiosa altura mientras se mantuvieron fieles a estos ideales básicos y fundamentales y ambos dieron muestras de decadencia bajo la influencia de la política y del profesionalismo".

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